Aquí estamos delante del pórtico de La Catedral del Camino. Sí, La Catedral. Mucho más que la de Santiago, que parece el templo del que Cristo echó a los mercaderes. Además transmite algo que todo aquel que siente y la ha visitado conoce en su interior (y también por ciertos motivos erótico-festivos que permanecen en nuestro baúl de los recuerdos)

En esta foto no se encuentran todos aquellos que comenzaron El Camino este año ya que uno de ellos, Eni, decidió abandonarnos este día por motivos que es mejor no recordar demasiado (mal de amores) y por los que estoy convencido que después se arrepintió. Camino en la vida hay uno y si alguien te ama de verdad será capaz de esperar por unos días a que vuelvas, aunque de esto ya habrá tenido/tendrá tiempo de darse cuenta.