Logroño - Frómista
17/7/2000 |
Logroño - Nájera |
29,1 Km |
Otra etapa dura. Larga, con mucho calor y la soledad hecha camino: sólo 1 pueblo más o menos a la mitad (Navarrete). El resto transcurre entre viñedos y tierra baldía.
En un día como este no sabes muy bien si podrás llegar a tiempo para hacer la comida en el final de etapa y lo mejor es comprar provisiones para hacer algo y comértelas antes de llegar. Contando que las mochilas estaban repletas y no es bueno cargar con bolsas mientras caminas, se optó por comprar algo que ocupase poco y fuese energético: unos croisanes de bollería con el embutido que todavía teníamos, unas onzas de chocolate y una porción de membrillo. Como acertadamente bautizó a esa estilo de comida Paula Ruiz Cagigas (Pau) el día de San Juan de Ortega, tuvimos un poco a base de nada.
Poco a base de nada con Nájera al fondo (todavía quedaba hora
y media larga para llegar)
Nájera es una ciudad con historia (fue capital del Reino Navarro), está encajada contra la base de un pequeño acantilado y tiene un albergue en que nos trataron de cine (a pesar de tener que ir a dormir a un pabellón deportivo en el que estábamos bastante solos). Llegado a este punto ya estaba habituado a las duchas frías y a dormir en cualquier lado, que es lo mínimo que pido en un albergue: un techo sobre mi cabeza (digno) y un lugar donde poder asearme.
También fue importante porque hablé por vez primera con Iván, con quien no empecé con demasiado buen pie (ya se sabe, dialéctica enseñanza pública-enseñanza privada) y con Sebastian. Y fue el día en que se fraguó la superpaella de Santo Domingo de la Calzada.
18/7/2000 |
Nájera - Santo Domingo de la Calzada |
20,8 Km |
No es larga para nada y además es cuasiplana (antes de llegar a Santo Domingo hay una especie de Alto que no llega a cuesta), pero para mí fue la más dura de todas por diversos motivos. Había pensado en entrar en ellos a saco (de hecho los escribí aquí), pero tampoco quiero aburrir al personal con un plomizo ego trip que no conduce a nada.
De izquierda a derecha: Sebastian, Fernando(en el suelo),
Iván(en cuarto plano), Inma, Jose, la paella y Francesc
¡Ah, la paella! A pesar de todas las dificultades que tiene hacer una en un albergue (no se puede hacer una paella para 25 personas en un fogón que calienta poco), estaba muy potable y además la sangría sabía de vicio. ¿El artífice? Aunque hubo otra gente echando una mano, Jose, el Nen, fue el padre de todo. Nunca podremos agradecerle lo suficiente que se levantase antes que el resto para poder llegar pronto a Santo Domingo y organizar todo. Grácias nen por el esfuerzo.
¿Y cómo fue mi momento bajo? Después de acabar la celebración y realizar el lavado de ropa diario, me tumbé en la cama para dejar pasar el rato. Físicamente no estaba mal pero tenía la depre encima. Y cuando Jose se fue con algunos pollos a dar una vuelta preferí esperar para salir después a dar una vuelta solo. A veces es algo que necesito. Ayuda a tranquilizar el ánimo, meditar un poco, aliviar la presión,...
Y ocurrieron dos cosas de esas que sólo ocurren cuando haces El Camino. La primera es que después de dar una vuelta por Santo Domingo (bello pueblo, por cierto) y comer un helado me encontré en una tienda de vinos con Francesc, Iván, el nen y Alejandro buscando un buen rioja para la cena. Gracias al buen rollo que había en el ambiente y a lo bien que nos lo pasamos en ese momento me pegó un subidón de moral. Y de vuelta al albergue tuve una agradable conversación con Tina y Paco a los que no conocía de nada (y que me dejaron bicarbonato para echar en las botas para hacer desparecer las ampollas. Pero ni por esas). Esto es lo que te ayuda a pasar los malos momentos: la sinergia que se establece entre los compañeros de Camino. Siempre, aunque vayas solo, encuentras gente con la que compartir los buenos y los malos momentos. No sabéis cuanto os lo agradezco.
19/7/2000 |
Santo Domingo de la Calzada - Belorado |
22,4 Km |
Después del subidón de moral que me pegó al final del día anterior, me encontré en inmejorables condiciones que no desaparecieron a pesar de cantar de nuevo la chicharra.
Cartel desmoralizador a la derecha. Marca 20 Km a Belorado y
623 a Santiago
En Belorado casi monto la mundial cuando nos dijeron que no tenían sitio en albergue y nos quería hacer andar 12 Km más hasta Villafranca de Montes de Oca. Alguno podría haberlo hecho, pero la mayoría del grupo estaba muy cansado y deseoso de descanso. Jose, después de una hábil negociación, consiguió que el hospitalero se sacase de la manga un garage que tenían habilitado con catres y que se abría por la tarde. Eso, en vez de calmarme, me enervó todavía más. ¿Qué ocurre? ¿Que no teníamos derecho a un lugar donde dormir y los que llegan más tarde sí? ¿Es que no hacemos El Camino de la misma manera? ¿Por qué nos veían de esa forma?¡Ay! Nadie valora la diversidad.
La forma de comerme mi cabreo fue dejar un agrio comentario en el libro de citas que hay en todos los albergues que no se encuentran en Galicia. Después, cuando por la tarde estuve hablando un poco con la pareja de hospitaleros que llevaba el albergue, me arrepentí un poco de lo que había puesto. Eran gente maja y campechana. Muy agradable, sobre todo la mujer, siempre abierta a resolver cualquier problema y de broma contínua. Pero nos querían haber mandado a otro lado. Y eso no puedo olvidarlo.
20/7/2000 |
Belorado - San Juan de Ortega |
24 Km |
Recuerdo que este día disfruté mucho. Para empezar estaba el simpático personaje que salió un poco por delante nuestro y, pasados 300 m, paró para fumar su primer cigarro. También hubo un sano pique con la "sección femenina", un grupo de 4 chavalas acompañadas de 2 mujeres que nos encontramos por primera vez ese día. Jose por fin encontró una canción que pudiésemos cantar juntos (Pacto entre caballeros de Sabina).
La sierra de los montes de Oca es un lugar bonito donde se atraviesa unos bosques de robles y de pinos. Y aunque hay que subir un poquito, es facilita y se disfruta caminando. Hay un momento en el cual al Camino se une una pequeña senda que viene de la carretera general y pudimos intuir como algunos falsos peregrinos se unían al verdadero Camino viniendo del asfalto. ¿Algún coche de apoyo? Seguro.
Llegando a San Juan de Ortega
Depués de una breve guerra de piñas llegamos a San Juan de Ortega uno de esos lugares singulares del Camino. Básicamente se puede reducir a una iglesia, el albergue y un bar. También hay algunas casas pero en estado ruinoso. Tiene encanto.
Hubo otro poco a base de nada (no hay tienda donde comprar), después de ducharme con agua gélida en los baños más pobres del Camino (en el de hombres había dos duchas: una no funcionaba pero tenía puerta, la otra no tenía puerta pero funcionaba. En fin...), una tarde de conversaciones en el Bar, la inocenta partida de cartas, una visita a la cripta donde está enterrado San Juan de Ortega, un paseo hasta un trigal para "destrozarlo" mientras nos sacábamos una foto, foto de grupo,...
Realmente se agradecen estos sitios pequeños en los que no hay mucho que ver ya que te permiten disfrutar realmente de lo que es un albergue de peregrinos.
21/7/2000 |
San Juan de Ortega - Burgos |
24 Km |
Salimos prontito por la mañana cuando no se veía nada. Jose tenía ganas de estar solo, así que me dejó al mando durante un par de horas mientras se iba por delante a mostrar su poderío físico que hasta ahora no había podido exhibir.
La entrada en Burgos es como un gigantesco dolor, una agonía que dura cerca de 3 horas. Nosotros entramos a eso de las 10 de la mañana y hasta la 1 no llegamos al albergue.
Afortunadamente este día contamos con la visita (por así decirlo, ya que es de allí) de Camino, la profe de Lengua, que nos invitó a comer a todos en un restaurante bastante bueno. Pasamos unos momentos muy agradables con ella y enseguida le perdonamos que nos obligase a andar bastante para llegar hasta el lugar de la comida.
Antes de cenar nos llevaron en trenecito a todos los peregrinos a hacer una breve visita turística por la ciudad. Fue curioso y divertido el jaleo que montaron nuestros queridos compañeros de peregrinación durante todo el viaje, intentado llamar la atención de la monitora, ligar con las burgalesas que veían por las calles o montando bulla cada vez que se daba una curva cerrada y parecía que Magdaleno se ponía sobre dos ruedas. ¿Los cahavales? Acogotados por ver que, cuando queremos, a montar jarana no nos gana nadie. Y menos si El Nen está en el asunto.
El trenecito en Burgos
Por último decir que el albergue de Burgos está muy bien. Son una especie de edificios prefabricados situados a las afueras y donde nos trataron bien. Pero se encuentran en un parque con escasa vigilancia donde va cualquiera (los lolailos estaban haciendo una hogerita a 20 metros). Esa noche Queco se despertó por la noche y vio como alguien acechaba desde una ventana buscando algo a lo que echar el guante.
22/7/2000 |
Burgos - Hontanas |
29 Km |
En principio mi penúltima jornada. Como físicamente alguno de los componentes del grupo estaba ya muy tocado (Mari y Pedro Mantilla no tenía ampollas en los pies sino pies pegados a ampollas), Jose fue bastante hábil y no nos decía lo que nos faltaba para llegar a Hontanas. Y, literalmente, fuimos follados. Como que fue el único día en el que no nos pasó nadie y pillamos a la gente que salía por costumbre mucho antes que nosotros e iba siempre más rápido.
Una de las cosas de las que me arrepiento es de no haber parado en Arroyo de San Bol, un pequeño vergel enmedio de tierra de campos y del que todos los peregrinos que me hablaron lo dejaron como uno de esos parajes que no se deben dejar de visitar. Una pena.
Hontanas es un pueblo chiquituco con un albergue de nueva construcción majo y con un diseño inteligente. En un salón que tienen el suelo es de plasticote transparente y pueden verse unas ruinas debajo. A nosotros nos alojaron en un edificio nuevo un poco alejado donde estábamos genial. Baños de reciente construcción, agua caliente (hasta que la agotamos), literas con almohadas (fundamentales para el perfecto descanso de mi cuerpo),...
Aquí me pasé parte de la tarde deprimido porque fue cuando me planteé/me propusieron la idea de seguir con el grupo que ya estaba formado. No tenía n.p.i. de qué hacer y como no soy Dos Caras estuve mucho tiempo cavilando. Incluso llegué a hacer una lista con los motivos para volverme a casa y motivos para seguir. ¿Porqué la tristeza? No sé. Soy así, un ciclotímico empedernido y a veces entro en la parte baja del ciclo sin aviso.
Afortunadamente me lo pasé de miedo jugando un partido de fútbol con algunos peregrinos y unos chavales del pueblo, uno de los cuales me dejó en el más absoluto de los ridículos (bueno, a mí y al resto de los que jugábamos contra él). Era como Ronaldo pero en versión minicastellano chupón.
Yo, El otro Jose (el nen), Alejandro y Sebastian después del
partido
Y por la noche me destapé y no me di cuenta hasta un par de horas después, con lo que agarré un resfriado que no me abandonaría hasta llegar a Santiago y un pequeño problema estomacal que fue la causa de que me decidiese por seguir.
23/7/2000 |
Hontanas - Frómista |
34,6 Km |
¿Cómo un pequeño problema estomacal puede ser el causante de una decisión así? Todo en este jodido mundo tiene su jodida explicación (siento los tacos, pero en ciertas ocasiones me gusta desatarme), otra cosa es que merezca entrar en ella. Pero en este caso es divertido.
Salimos de Hontanas de noche cerrada para enfrentarnos a nuestra última etapa, la más larga de todas. Y digo bien mi última etapa porque por la noche había decidido volverme a casa. A medida que nos íbamos alejando del albergue e introduciéndenos más en tierra de campos empecé a encontrarme peor del estómago, con los consabidos retortijones y todo eso, nada que no pudiese aguantarme durante un par de horas. Sabía que teníamos que pasar por Castrogeriz y que allí podría parar en algún sitio.
Cuando llegamos me quedé en un bar mientras La Piña avanzaba un poco más hasta una plaza donde poder hacer el preceptivo alto. Obviamente lo primero que visité fue el baño (de mujeres, ya que el de jombres estaba averiado). Y después me tomé tranquilamente un Cola Cao mientras un periquito danzaba por encima de mis manos (creo que Sebastian, que entró poco después de irme yo, se quedó muy impresionado al ver al pájaro subirse por su hombro y todo eso que hacen los periquitos amaestrados). Pues resulta que a la hora de coger una bifurcación en vez de seguir por el Camino oficial como La Piña me fui por el que iba por delante del albergue. Y mientras me esperaban en una plaza yo avanzaba y avanzaba y avanzaba. No me extravié. Seguía yendo por El Camino. Salí del pueblo pensando Habrán parado un poco más adelante. Y seguí andando durante 30 minutos. ¿Estaba extrañado? Sí, desde luego, pero estaba siguiendo las flechas amarillas. Afortunadamente llegué a un punto en el que veía bien el camino que había por delante, una dura cuesta que sube hasta un páramo, y vi que no podían haber llegado tan lejos. Di media vuelta y me los encontré viniendo hacia mí.
Durante todo ese tiempo que estuve solo me encontré realmente bien, tanto físicamente como mentalmente. Ya se saben las extraordinarias cualidades del chocolate como antidepresivo. Y me replanteé todo de nuevo. Y esta vez salió cara. Me decidí por intentar continuar. Siempre en León podría volverme para casa.
La Piña y Vertebrando España en el Canal de Castilla
Puestos a etiquetar este día se puede decir que fue el de las sectas, ya que Los Caballeros de Malta (no los del zodiaco) nos recibieron en un pequeño albergue cerca de ¿Itero de la Vega? y nos invitaron a probar un poco de vino (supongo que con alguna sustancia para disminuir nuestra resistencia mental). Y en Frómista el albergue, donde dos componentes de La Piña casi tienen que irse a dormir fuera porque NO DEJABAN DORMIR EN EL SUELO, estaba "dominado" por la Gran Logia de España (ya se sabe, Masones).
Y vi por primera vez a Fokinator, al que el día anterior habían tenido la mala suerte de conocer los componentes de Vertebrando España. ¿Quién es éste individuo? Fácil de responder. Interrogación retórica ¿Qué pensarías de alguien que se te presenta como Hola. Me llamo X, soy de Tarragona, trabajo de informático en Londres, gano más de 15 kilos al año y me acabo de tirar a la hospitalera de Villafranca de Montes de Oca? Bueno, esto en 3 minutos sin que tu le preguntes nada. Pues que se describe solo. ¡Y no le saqué ni una maldita foto! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! El año que viene me llevo la cámara seguro.
Para terminar la jornada tuvimos la cena de despedida donde Jose se refirió a mí con unas amables palabras en público, dejándome como una especie de bomba que estaba a punto para estallar. Afortunadamente en los días siguientes tuve La Experiencia, me convertí en el enviado de Santi al Camino, un iluminado y fui desactivado.