El Camino no es El Camino sin un buen desayuno. Aquí en pleno rompeayunas frío a la salida del albergue de Puente la Reina. El menú no era demasiado variado: chocogalleta, batido de chocolate, zumos variados y algo de fruta para romper la monotonía. Y dos aspirinas para doparme y aguantar la dura jornada.