Este es mi pelo dándose una ducha en el albergue de Eirexe.
La mayoría de los albergues gallegos son de nueva construcción y están bastante bien... menos los aseos, que no es que estén mal, pero que tienen sus peculiaridades (alguno lo llamaría hecho diferencial) En este caso, el coqueto albergue de Eirexe, tenía unas duchas que te ponían a güevo
el pillar al peregrino con las vergüenzas al aire mientras se daba una duchita. Menos mal que entre que me agaché a tiempo y el que sacaba la foto no apuntó bien, sólo salió mi pelo. ¡Y pensar que el cierre de la puerta era de todo menos cierre! ¡Menuda primer plano se perdió!