A la izquierda el "monstruo" que lo planeó, preparó e hizo todo posible. A su izquierda el monstruo que se aprovechó de su esfuerzo. Detrás de todo gran hombre hay alguien que vive a su rebufo (nunca mejor dicho, que salí disparado a partir de Frómista y me lié a adelantar pobres hombres que nada me había hecho)