En la Deriva
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El 28 de Marzo de 1979 la central nuclear estadounidense de Three Mile Island padeció un severo accidente, el mayor ocurrido hasta la fecha. Debido a un sobrecalentamiento en la vasija del reactor y bajo la amenaza de una explosión que desprendería toneladas de material radiactivo, se liberaron a la atmósfera gases cuyos efectos sobre la población afectada todavía se están padeciendo. Afortunadamente, a pesar de esto, no fue todo lo grave que pudiera haber sido, si hubiese saltado literalmente por los aires y liberado todos los compuestos que tenía en su interior. En este libro, Michael Swanwick, un competente escritor que ganó años después el premio Nebula con su Vanciana Las estaciones de la Marea, construye una ucronía cuyo núcleo reside en contestar la pregunta ¿Y si el accidente no hubiese podido controlarse y se hubiesen liberado a la atmósfera todo el Uranio y Plutonio que había en el interior de la vasija del reactor? En su respuesta, el autor se pone en el peor de los casos posibles y pinta un panorama excesivamente apocalíptico, bastante lejano del que se produciría en ese caso, tal y como el accidente de Chernobyl nos ha mostrado (el libro es anterior a dicho suceso). Así, nos encontramos con que los EE.UU. se hallan completamente desestructurados por la catástrofe y sufren un tremendo retraso, habiendo una amplia región contaminada por las sustancias radiactivas liberadas llamada La Deriva, donde la gente padece sus efectos sufriendo todo tipo malformaciones, mutaciones, cánceres, enfermedades,... La forma elegida por Swanwick para presentar este cuadro es a través de una serie de relatos de diferente extensión, bastante relacionados, que ofrecen una muestra de las diversas problemáticas posibles, como la desaparición del poder establecido en la zona contaminada, la reubicación de los afectados, el miedo a los "hijos de la radiación", la consabida crisis económica o la regresión sociotecnológica hacia un sistema donde la ley del más fuerte determinaría el éxito y el fracaso de cada uno. Como comentaba antes, el autor peca de un pesimismo exacerbado que impregna tanto la puesta en escena como el comportamiento de los personajes, mezquinos, avariciosos y capaces de cualquier comportamiento con tal de seguir vivos, poniendo de manifiesto la crueldad y la miseria del darwinismo social. Su conducta se hace especialmente relevante en el caso de Keith Piotrowicz, el hilo conductor que usa Swanwick para dar una mayor coherencia argumental al libro, que es capaz de adaptarse a todo tipo de situaciones con tal de seguir adelante mientras prospera a la manera de los trepas de hoy en día, sin preocuparse por los que tiene a su alrededor con tal de obtener sus fines. Por lo dicho hasta el momento podría parecer que En la Deriva está realmente bien y hay que reconocer que en parte esta sensación es veraz; tiene momentos realmente interesantes, como el primer capítulo, El beso del Mimo, donde se retrata el escenario por primera vez y que fue publicado anteriormente como relato en una antología independiente. Sin embargo como conjunto carece de la uniformidad que se le debe pedir a un libro de este tipo, ya que tanto temática como cualitativamente el nivel es tan disperso que se avanza a trompicones, habiendo momentos en los que resulta muy complicado continuar su lectura, al volverse la historia condenadamente aburrida. Y éste es un defecto insalvable del que no puede recuperarse. |
© Ignacio Illarregui Gárate 2002
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