Factor de humanidad
Robert J. Sawyer
La factoría de ideas
Factoring humanity
1998

Septiembre de 2000

Traducción Rafael Marín
351 páginas
Ilustración Alonso Esteban

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la ciencia ficción existe una serie de escritores que trabajan ciertas ideas en formato corto (relato, novela corta) y, una vez que tienen los resultados apetecidos, los convierten en historias de una mayor extensión, profundizando más en las ideas tratadas y buscando un supuesto mayor desarrollo de los personajes. La historia del género está plagada de esta forma de trabajo, criticada por muchos pero que ha aportado alguna de las cumbres de la CF, como Flores para Algernón, una de esas historias que se recuerdan por siempre. El problemón surge cuando simplemente se hinchan con el fin de llegar a la extensión adecuada para ser vendida como novela y dar un beneficio superior a su autor. Esto es lo que a mi entender ha ocurrido con esta novela que, aunque legible y entretenidilla, no es más que un estrenos TV de los que antiguamente ponían los domingos por la tarde, con tal de llenar la parrilla de programación.

La Tierra lleva una década recibiendo mensajes de un planeta situado a unos 4 años luz del sistema solar y los científicos que se dedican a descifrarlo son incapaces de hacerlo. Una psicóloga que participa en el programa, gracias a una serie de "curiosas" coincidencias, obtiene la clave para comprenderlo y se dedica a investigar el descubrimiento por su cuenta, no vaya a ser que se lo quiten de las manos una vez desentrañado el misterio. Y mientras realiza todo esto tiene que enfrentarse a un matrimonio apunto de hundirse y a la acusación de su hija contra su marido de haber cometido abusos sexuales. Bienvenido a un "apasionante" telefilme de las 3:30.

La base de la que parte Sawyer para perpetrar este culebrón científico es su notable novela corta Psicoespacio, ganadora del UPC del año 1997, donde todo el contenido lacrimógeno no estaba en un tan exacerbado primer plano. Ahora, como se ha visto en la necesidad de hinchar el número de páginas y la parte del desentrañamiento del mensaje no le daba para más, ha decidido potenciar toda la parte "humana" de la novela y se ha cargado lo que prometía bastante. (Nótense las comillas en ciertas palabras)

Al hard (corriente de la CF dedicada primordialmente a contar historias donde todo gira entorno a las ciencias exactas como la física o la química) siempre se le ha acusado de utilizar personajes planos, que estaban ahí simplemente como títeres para representar el hecho científico que interesaba contar. Ciertos escritores, americanos primordialmente, intentan huir de este problema sobredimensionándolo: si antes ni sentían ni padecía ahora lo hacen en grado sumo. Para construir personajes "creíbles" que parezcan humanos, tienen que tener un montón de traumas personales y problemas conyugales, de forma que ganan en "credibilidad". Nada más lejos de la realidad, como todo el mundo con más de dos dedos de frente que haya leído un poco puede confirmar.

Asimismo, como se ve que todavía le faltaban cierto número de páginas, se saca de la manga una investigación paralela sobre ordenadores cuánticos e IA que huele a relleno, porque no aporta nada al desarrollo de la historia y cuyo único fin es que el pobre marido se entretenga mientras su mujer hace lo importante.

Después de estos dos graves problemas de fondo encontramos los meramente argumentales, como la manera en la que la psicóloga protagonista descubre la forma de desentrañar el mensaje, cómo debe construir el artefacto alienígena o su uso. Increíble es una palabra que se queda corta. O, simplemente, que este matrimonio WASP sea la avanzadilla científica mundial, participando ambos en los descubrimientos más avanzados desde su posición de pobres profesores de universidad en un campus de segundo nivel, encima sin ayuda externa.

Por esto, Factor de humanidad es un libro decepcionante que obliga a poner en la nevera a Sawyer. Si eres de los que no te pierdes Melrose Place y te gusta un poco de ciencia estilo Muy Interesante te agradará. Si no, mejor pasa de largo no vaya a ser que te de un corte de digestión.

© Ignacio Illarregui Gárate 2000
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