Los Marcianos
Kim Stanley Robinson

Minotauro
The Martians
1999
Junio de 2003
Traducción Ana Quijada
379 páginas
Portada de Enric Iborra

Relatos que contiene:

  • Michel en la Antártida

  • Explorando el Cañón Fósil

  • La conspiración de los archaea

  • Cómo nos habla el paisaje

  • Maya y Desmond

  • Cuatro senderos teleológicos

  • Coyote arma jaleo

  • Michel en provenza

  • Marte verde

  • Arthur Sternback lleva la pelota con efecto a Marte

  • Salada y fresca

  • La constitución de Marte

  • Algunas notas de trabajo y comentarios sobre la constitución

  • Jackie habla sobre Zo

  • Manteniendo la llama

  • Salvando la presa de Noctis

  • El Gran Hombre enamorado

  • Un argumento a favor del despliegue de todas las tecnologías de terraformación seguras

  • Selección de extractos de la revista de estudios aerológicos

  • Odessa

  • Dimorfismo sexual

  • Comer suficientes es tan bueno como darse un festín

  • Lo que importa

  • Coyote recuerda

  • Momentos de Sax

  • Los nombres de los canales

  • La banda sonora

  • Un romance marciano

  • Si Wang Wei viniera a Marte y otros poemas

  • Marte púrpura

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En estos tiempo de DVD y cine enlatado se han puesto de moda los llamados contenidos extras, esos tentempiés de acompañamiento que ofrecen una completa pléyade de documentales, escenas prescindibles, entrevistas, huevos de pascua, diseños de producción, partituras originales, juegos y vaya usted a saber qué más. Como colofón a un filme no están mal; a parte de la información que aportan sobre el proceso creativo, proporcionan un tiempo adicional de visionado que ayuda a olvidar el precio que has pagado por el disco de marras. Sin embargo, ¿alguien lo compraría de forma separada con el mismo coste? ¿Y si nada de lo que ofreciesen fuese realmente significativo?

Los Marcianos viene a ser lo que comento en versión literatura. Tomando como punto de partida la trilogía de Marte, escrita por Kim Stanley Robinson a mediados de la década de los 90, alberga una serie de relatos que desarrollan acciones paralelas a los sucesos que se cuentan en los libros y que se quedaron en la "mesa de montaje"; historias alternativas con sus mismos personajes que ocurren en una continuidad donde el viaje se realizó más tarde; narraciones previas a la escritura de los libros que marcan el curso de lo que serían las novelas; chorradillas varias (artículos de revistas científicas publicados en aquel planeta, la banda sonora de la trilogía,...);... todo vendido de forma separada a los libros seminales. ¿Merece la pena hacer el desembolso? ¿Aporta algo este material a los que leyeron la trilogía original? ¿Y al que no la ha leído?

La respuesta a los tres interrogantes es un no rotundo; muy poco de lo que aquí se encuentra reúne las condiciones necesarias para convertirlo en mínimamente atractivo. Los "nuevos" no podrán enterarse de nada a no ser que antes se lean los otros libros de Robinson. Y los "viejos" no sólo no hallarán nada nuevo bajo el sol sino que encima descubrirán que la grandeza, amplitud de miras y la especulación pura que aparecían en el original se han perdido entre la balcanización de los contenidos. Porque, parafraseando el slogan con el que se promocionó Godzilla, en esta serie de Marte el tamaño sí que importa

De los relatos que introducen episodios paralelos al curso de acción original, el único medianamente interesante es "Maya y Desmond", que permite contemplar cómo el polizón que viajaba en el Ares pudo pasar inadvertido durante toda la travesía o cómo fueron sus primeros años en el planeta rojo. En el lado opuesto se sitúan el resto, nimios e irrelevantes pasarratos que transmiten la misma emoción que Silvester Stallone en Cobra. Como perfecto botón de muestra encontramos "Koyote arma jaleo", situado en los tiempos más duros de la revolución marciana, con los disidentes rojos realizando todo tipo de acciones subversivas. En este caso particular de una manera tan "atractiva" y "peligrosa" como plantar una pancarta al paso de una comitiva. Vamos, en el ranking de interés algo a mitad de camino entre la destrucción del ascensor orbital ocurrido en Marte rojo o la inundación de una ciudad en Marte verde.

Lo mismo se puede decir de las historias alternativas como la que abre el libro: situada justo antes del comienzo de la misión, pone a los primeros 100 junto a sus competidores en una base de la Antártida para dilucidar quiénes se adaptarían mejor a las duras condiciones inherentes a estar con otras personas en un entorno hermético del que es imposible escapar. Un nuevo recorrido por la psicología de los personajes clave de la trilogía que suena a ya oído y que ni siquiera está terminado: apenas son apuntes de algo más grande escondidos de manera un tanto burda tras la libreta del psicólogo que los analiza.

 Mientras, el material original escrito previamente a la trilogía es como aquellas interminables expediciones por Marte en róver: so po rí fe ras. "Explorando el cañón fósil" es legible porque dentro de lo que cabe es corto y sucede alguna que otra cosa interesante, como el descubrimiento de lo que parecen unos fósiles, lo que le da un cierto misterio. Sin embargo, "Marte verde" es arena de otro costal. Me cuesta hacerme a la idea que en 1985 no hubiese otras novelas cortas seleccionables a los diferentes premios para los que fue nominada. Esta ascensión a pie al monte Olimpo en apenas un centenar de páginas se convierte en un vacuo repaso a la socio-bio-geología de un Marte cambiante, tan estimulante como emplear 8 horas de tu vida viendo crecer la hierba. Ni siquiera los contratiempos que sufren o la tragedia inherente a un personaje que no recuerda su pasado activan el interés. Agónico.

Para terminar, entre las "chorradillas varias" hay que hacer mención a "Arthur Sternbach lleva la pelota con efecto a Marte", 11 páginas dedicadas a explicar el juego del béisbol en aquel planeta y cuyo único placer se esconde detrás de cómo la traductora confunde pitcher con bateador, una equivocación que da lugar a imágenes hilarantes (sí, señores, ahora se pueden batear pelotas con efecto). Diversas aventurillas, por fortuna cortas, artículos de revistas científicas sobre la geología y biología marcianas, la primera constitución de Marte con una serie de anotaciones, la banda sonora de la trilogía, una serie de rudimentarios poemas o cómo fue el día que Robinson terminó la novela, completan un libro que es la más fehaciente demostración que no todo lo que un autor escribe merece la pena ser publicado.

Quería dedicar un breve apunte final al cuento corto "La conspiración de los archaea", que en dos páginas saca el máximo partido a la teoría de la panespermia y nos sitúa como unos marcianos retornando a casa después de 4000 millones de años de exilio en la Tierra. De lo poco salvable de un libro que nos pone a los que lo hemos comprado en la frontera de haber tirado el dinero.

© Ignacio Illarregui Gárate 2003
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