Los 4 Fantásticos
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Guión Rafa
Marín |
Hablar
de esta colección es hablar de la serie que supuso la revolución del mundo del
cómic de superhéroes americano a comienzos de los años 60 y que creó el
lenguaje que todavía hoy sigue vigente en sus páginas. Es hablar de Stan
Lee y Jack Kirby que, durante más de 100 números, no sólo crearon a la gran
familia del cómic americano sino que la dotaron cada mes de una galería de
secundarios y villanos de una riqueza difícil de igualar, pariendo mes a mes un
clásico que permanece en la mente de la mayoría de los amantes del comic-book.
Es hablar de auténticos genios del noveno arte como John Buscema, Roy Thomas, Archie Goodwin,
John Byrne o Walter Simonson, que hicieron más grande la leyenda con tebeos
condenadamente entretenidos y que destilaban saber hacer por los cuatro
costados. Incluso es hablar de la etapa de Tom DeFalco y Paul Ryan que, aunque
lejos de la maestría de los antes mencionados, llevaron con salero el manto de
la madre de todas las colecciones Marvel convirtiéndola en una alegre soap
opera. Y hoy, casi 40 años después de su primera aparición, es hablar de
un trío de españoles que ha pasado a encargarse de ella y que tienen en sus
manos todas las cartas para poder unir sus nombres a la lista de leyendas antes mencionada.
Sin
lugar a dudas el enganche que ha hecho posible este pequeño milagro editorial
(no olvidemos que a parte del dibujo estamos hablando que por primera vez en una
de las grandes editoriales americanas el guión va a ser escrito por un
español) ha sido Carlos
Pacheco, sin duda alguna uno de los mejores dibujantes que se pueden encontrar en el
mundillo de los superhéroes. Después de una corta etapa en X-Men y
de llevar a cabo junto a Kurt Busiek la serie Siempre Vengadores en la
que daba rienda suelta a una nostalgia altamente creativa y plagada de
referencias al pasado del universo Marvel, parecía decidido a dejar la
editorial para afrontar nuevos retos lejos de la casa que le ha aupado al
estrellato. Sin embargo sus editores no parecían dispuestos a dejar marchar
así como así a una de sus superestrellas que, si bien es cierto que está lejos de ser
un superventas, sabe reflejar como nadie la grandeza que un tebeo de
superhéroes debe tener. Así que
decidieron ofrecerle un caramelo muy goloso, Los
4 fantásticos, que languidecían desde hacía tres años en manos de un
Chris Claremont en horas muy muy bajas. Para ayudarle con los guiones habló con
su paisano y amigo Rafa Marín, uno de los mejores escritores hispanos de literatura
fantástica, excelente traductor y experto conocedor del universo Marvel.
Juntos, y con la aportación a las tintas de Jesús Merino, se embarcaron en la
difícil tarea de traer de nuevo a la grandeza a esta colección. Y después de
leer el primer número sólo puedo decir que la cosa promete.
Antes de seguir debo aclarar que este pequeño rincón de Internet tiene una serie de reglas no escritas que rigen su funcionamiento. Una de ellas dice que debo comentar, me gusten o no, todos los libros de género que leo. Y otra que no se comentan las colecciones hasta que llevan una serie de números en funcionamiento, sobre todo para poder tener una visión de conjunto que me permita lanzar mi opinión con elementos de juicio suficientes como para fundamentarla y no hacer un prematuro brindis al sol. Sin ir más lejos tengo la cole de Top 10 aparcada hasta el momento en el que tenga el último número y así poder escribir una especie de "reseña definitiva" de esa serie. Pero en este caso el buen sabor de boca que me ha dejado este número unido a la confianza que tengo en su equipo creativo me han conducido a saltarme a la torera dicha norma. Al fin y al cabo para eso están, ¿no?
¿Cuáles
han sido esos elementos que me han hecho disfrutar de este tebeo por encima de
la media de los que he leído últimamente? Sobre todo el que a pesar de ser una
mera toma de contacto con los personajes y un propósito de intenciones de lo
que va a venir en el futuro, todos los elementos están perfectamente definidos
y colocados en el lugar donde deben estar. Es un tebeo de los 4 Fantásticos
donde además de ser respetuosos con la anterior etapa (bastante más de lo que
debieran) cada uno de los personajes se comporta como debe sin que en ningún
momento sus autores acudan a giros
inexplicables
ni comportamientos extraños, habiendo guiños a la historia de los personajes
que a pesar de vistos y oídos mil veces suenan de fábula, como son el conato
de pelea de rigor entre La Antorcha y La Cosa o las obligadas menciones a la
banda de la calle Yancy. Incluso el villano elegido para hacer la entrée es
uno de los creados por Lee y Kirby para su clásica etapa, Diablo, convertido
para la ocasión en un noble español atrapado por los misterios de la alquimia.
Sin embargo hay un lunar en este buen trabajo. Me refiero a todo lo referente al
consejo Gideon que no encaja todo lo bien que debiera en la estructura de la
historia seguramente porque ésta tuvo que ser reescrita sobre la marcha al ser
rechazada la primera que tenían pensada porque (literalmente) carecía de una
sola pelea en sus páginas.
¿Y qué se puede añadir ahora sobre el arte de Carlos Pacheco que no se haya dicho hasta ahora? (apoyado por las tintas de un Merino que se le ajusta como el guante a una mano) Solamente una palabra, impresionante. En especial resulta espectacular su caracterización de La Cosa a la que ilustra como hacía tiempo que no se hacía. Desde los primeros números de Byrne en su etapa en solitario no se veía al personaje con tanta fuerza y presencia como ahora.
Sobra decir que no es la mejor colección de todos los tiempo, pero es que tampoco lo pretende. Es un tebeo bien hecho por unos profesionales que saben dónde se mueven y cómo conseguir mantener la atención mes tras mes, contando con un entusiasmo a prueba de bombas y una frescura que otros autores perdieron hace tiempo (estoy pensando en los rutinarios Vengadores de Busiek y Pérez) Y sobre todo tiene toda la pinta de ir mejorando número a número. Una pena que su etapa no se haya extendido más y estén a punto de dejar la colección al otro lado del charco. Pero aquí todavía tenemos año y pico de historias bien hechas y bien contadas como ésta.
© Ignacio Illarregui Gárate 2001
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