Arq
Guión y
dibujos Andreas |
Este es el tebeo elegido por Planeta para abrir su colección de cómic europeo que recientemente ha comenzado. Y como siempre que aparece una nueva colección surge el dilema de si se debe abrir, entre todos los que ya están contratados, con un título de campanillas o con otro un poco más durillo. En principio pudiese parecer que la primera opción es la mejor. Así se consiguen unas inmejorables ventas e igual se consigue picar al lector con los siguientes números, ya de otras series, y así iniciar la singladura con un buen pie. Sin embargo en la mayoría de las ocasiones se suele optar por el segundo camino que parece bastante más peligroso para el futuro de la colección. Optar por un título con menos nombre y ciertamente menos comercial puede producir un aumento de sus ventas que suelen acompañar a todos los números uno. Pero también es cierto que puede provocar el efecto completamente opuesto al buscado y conseguir que el lector ocasional totalmente desconocedor del producto, generalmente remiso a emprender nuevas singladuras en terrenos lejanos a sus lecturas usuales, no reciba satisfacción alguna y no vuelva a probar porque no le guste lo que encuentra. Viendo la trayectoria de Andreas en nuestro país, lleno de buenos tebeos que no han vendido un pimiento (son sonoros los bofetones que Norma se ha pegado con Rork y Capricornio), personalmente hubiese optado por una obra más comercial como La estrella del desierto que cuenta con un valor seguro como Marini. Así, con un referente del gusto de todos, quizás se habría retenido un mayor número de probadores. Pero si los editores lo hacen de esta manera cada vez que abren una colección (ahí están los ejemplos de Norma con su colección Vertigo que empezó con un bodrio infumable que llevaba por título Vamps, o en el campo de la literatura fantástica y la durilla Cuarentena con la que abrió Gigamesh su colección de género), debe ser lo mejor. Pero yo no lo veo, y menos en este caso cuando Arq es una lectura durilla no apta para todo tipo de lectores.
Arq cuenta la historia de 5 individuos que se encuentran una determinada noche en los alrededores de un hotel, cada uno protagonizando una acción completamente diferente. Y en un instante son transportados a un mundo diferente al nuestro, supuestamente una realidad paralela, en el que serán separados por las diferentes especies alienígenas que dominan el lugar. Cada uno de ellos se verá arrastrado hacia un nicho diferente donde tendrá que aprender a sobrevivir en el entorno en le que ha caído, mientras que los más inquietos indagan en el motivo que les ha transportado hasta allí.
A la hora de buscar un referente para definir lo que nos vamos a encontrar en sus páginas el primero que aparece en mi mente es el de Jack Vance y de series de novelas como Los príncipes demonio, La tierra moribunda o el Planeta de la aventura, donde desarrollaba civilizaciones alienígenas ciertamente exuberantes y convincentes. Andreas parece seguir su camino al forjar un mundo absolutamente alienígena, con cuatro civilizaciones inspiradas en los cuatro elementos que resultan en todo momento creíbles, cosa que no suele ocurrir con frecuencia cuando se intenta crear algo completamente extraño a nosotros. Gozan de unos diseños deslumbrantes (a pesar de ser excesivamente antropomórficos) y claramente definitorios del ambiente en el que se mueve cada uno de ellos. Pero no todo es "estética" en este tebeo. Andreas tiene ya muchas obras a sus espaldas y si hay algo que ha caracterizado su trabajo es el interés en conseguir siempre la mejor manera de contar la historia, huyendo del conformismo usual en el que se quedan la mayoría de los creadores. Sólo hay que ver la manera en la que presenta la acción, esas soberbias primeras cinco páginas en las que a través de cuatro tiras va conduciendo de forma paralela cuatro segmentos narrativos diferentes que confluyen en una sola viñeta-página de aspecto imponente. Un ejercicio de estilo totalmente justificado con el que recrearse unos minutos.
Quizás sea un tebeo excesivamente áspero de leer por su temática en el que únicamente se presenta someramente una trama, que será desarrollada en los siguientes cinco álbumes (esperemos que esta vez sí sean publicados por Planeta, muy apegada en los últimos años a dejar colgadas un número apreciable de series). Pero el lector que se arriesga es el que consigue las mejores recompensas y Arq abre las puertas a un mundo bastante atractivo, en el que la contemplación de las viñetas es igual de importante que seguir la historia. A mi no me ha decepcionado.
© Ignacio Illarregui Gárate 2002
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