Liberty meadows

Autor Frank Cho
La colla de la pessigolla

Liberty meadows
1997

Noviembre de 2001
Traducción Oscar Estefanía
Rotulación Rosa Romeu
120
páginas
Ilustración Frank Cho

Liberty meadows, o praderas de libertad, es una tira cómica de relativo éxito (se publica en 50 diarios de los Estados Unidos y 4 países más) que acaba de ver la luz en nuestro país de la mano de La colla de la pessigolla, editorial que propició el desembarco en nuestro país de La Tira Cómica (con mayúsculas) de finales del siglo pasado: Calvin y Hobbes. Es una creación del dibujante de origen coreano Frank Cho que ha recibido comentarios muy elogiosos de una parte muy significativa del fandom, que llegan a situarla como la heredera de la obra maestra de Bill Waterson antes citada, algo completamente desmedido que en verdad no le hace ninguna justicia. Porque después de leer este primer volumen que recoge sus primeras tiras, muy cuidado y muestra de que poniendo un mínimo empeño en la edición se pueden conseguir una excelente factura, Liberty meadows se muestra como una tira excelente que en un público concreto (como al que pertenezco) funciona bastante bien pero que, fuera de él, naufraga en bastantes ocasiones.

Hace unos años la editorial "pirata" por excelencia de nuestro país, Kaleidoscope, perpetró un par de tebeos recogiendo algunas tiras del anterior trabajo de Cho, University2 (que próximamente serán editadas por Dude), y que servían de presentación de las cualidades de este excelente autor en el que ya apuntaba las principales características de su humor: cantidades ingentes de irreverencia y crítica mordaz, abundantes referencias a todo tipo de cultura popular y al ambiente universitario para el que estaban destinadas, y personajes bastante gamberros con un cierto carisma. Además, presidiéndolo todo y brillando con luz propia, estaba su virtuosismo como ilustrador, recogiendo el testigo de los más grandes creadores de tiras de prensa, gente del pelo de Alex Raymond, Harold Foster y Walt Kelly, o de ilustradores un poco más contemporáneos como el inconmensurable Mark Schultz. Publicadas en el periódico de la facultad donde estudiaba funcionaban a la perfección a pesar de su evidente bisoñez y falta de rodaje, sobre todo porque el público universitario entendía las múltiples referencias a las que aludía en cada una de ellas y porque Cho es capaz de despertar una complicidad en el lector que pocas veces se consigue.

Una vez terminado su periplo universitario, Cho decidió dedicarse profesionalmente a lo que entonces era su hobby, y retomó parte de los personajes y situaciones de la serie seminal para realizar Liberty meadows. Pero como las situaciones del ambiente universitario que abundaban en la primera (borracheras, fiestas inmensas, humor escatológico,...) no han sido nunca del gusto del gran público amante eterno de lo políticamente correcto (al que no olvidemos que están dedicados), realiza una serie de cambios orientados a facilitar su digestión, que aunque no tocan de muerte al tebeo sí que "capan" la potencialidad como humorista de su autor. No estoy hablando de ningún tipo de censura ni de que Cho no sea capaz de realizar ningún tipo de humor sutil. Simplemente que el estar dedicadas a un público mucho más extenso hace que el propio autor cambie las premisas de las cuales partir, haciendo que se olvide deliberadamente de un tanto por ciento significativo del arsenal que en University2 era el pan nuestro de cada día. Cierto es que sigue habiendo referencias, en muchas ocasiones veladas, a toda una serie de creadores, series o aspectos de la cultura popular tan importante para él, pero también intenta jugar mucho más en otro tipo de tira, donde no es el humor gamberro lo que prima sino la pincelada sutil o el gag meramente visual. Y para que esto funcione hay que tener bastantes tablas y una experiencia que Cho todavía no tiene (pero tendrá, si no tiempo al tiempo)

Pero no quiero dar la impresión que estamos ante un mal tebeo, para nada. En sus páginas podemos deleitarnos con unas ilustraciones impresionantes muestra de un talento desbordante, donde hace siempre gala de un trazo elegante no exento de sencillez y frescura. Como buen humorista gráfico que es controla perfectamente el tiempo de la tira cómica, ese esquivo arte de conseguir contar una situación en apenas cuatro viñetas, saliendo siempre airoso de las situaciones planteadas. Los personajes que pueblan Liberty meadows tienen carisma suficiente y rápidamente enganchan al lector, sobre todo porque además de dotarles de una gran simpatía y caracterizarles a la perfección, son entrañables (cosa harto difícil de conseguir hoy en día). Y finalmente, cuando está entonado, se olvida del medio en el que está y vuelve a sus orígenes de gamberro desatado, logrando despertar una sonrisa en el lector que en escasas ocasiones se transforma en sonora carcajada. Por eso merece la pena que se le eche un vistazo. Y si no cautivan en esta primera entrega, darles una segunda oportunidad. Porque Cho parece mejorar lentamente y su talento nato siempre está presente.

© Ignacio Illarregui Gárate 2002
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