Genoma.
La autobiografía de una
especie en 23 capítulos
|
El proyecto genoma humano es una de las aventuras más importantes en que se ha embarcado nuestra todavía joven especie, sobre todo porque cuando se complete definitivamente nos va a permitir conocerlo todo sobre la maquinaria biológica que somos. Dicho conocimiento traerá consigo también una responsabilidad inmensa (¡jo! parezco el tío Ben) ya que entonces seremos capaces de realizar todo tipo de cambios en nuestro genoma, además de tener la eugenesia mucho más cerca que nunca; se podrá determinar desde el mismo momento de la concepción todas las características físicas y mentales del futuro individuo. Matt Ridley trata este espinoso tema y otros muchos en este libro, excelente y nítido acercamiento a este área fundamental de la investigación biológica. Genoma es una disección de gran parte de los aspectos más importantes que componen el ser humano, tanto desde el punto meramente fisiológico como psicológico, utilizando los 23 pares de cromosomas que componen nuestro genoma como hilo conductor del libro. Para ello, Ridley elige un gen (o varios) de cada uno de los diferentes cromosomas y desarrolla a su alrededor una faceta humana en la que juega un papel importante, desde la vida (que abre el libro, asignado al cromosoma 1) al libre albedrío (cromosoma 23), pasando por la inteligencia, el estrés, la personalidad, la política, la historia o el conflicto (asociado a los cromosomas sexuales). Porque, queramos o no, somos la expresión visible de aquello que determina cada uno de nuestros genes. La "tiranía" a la que nos tienen sometidos es especialmente visible y desesperenzadora en las llamadas enfermedades genéticas que, como no podía ser de otra manera, ocupan un pedazo importante de su exposición. Males como el Alzheimer o la enfermedad de Huntington, degeneración de tipo nervioso que se padece cuando en un gen los nucleótidos (las moléculas que forman el ADN) se repiten un cierto número de veces y contra el que no hay remedio posible, son adecuadamente tratados. Sin embargo no hay que olvidar la afirmación de Riddley que se tiende a olvidar con facilidad: los genes no están ahí para producir enfermedades, que es su mal "funcionamiento" el que las causa. Acertadamente, Ridley elude en todo momento caer el error del mero determinismo genético, es decir, el que una vez tenemos un determinado genoma todas las facetas de nuestra vida se encuentran ya prefijadas. Cierto es que la composición de nuestro ADN es fundamental incluso en los aspectos que afectan a la personalidad, pero el ambiente juega un papel fundamental sobre el individuo. Así, establece un ciclo entre ambiente y genes en el que no se puede fijar con total claridad una única cadena de causa - efectos, ya que ambos están interrelacionados. Es más, en un ejercicio de recuperación del lamarckismo, reconoce que el ambiente puede llegar a cambiar ciertos genes. Clarificador resulta el capítulo dedicado al estrés y los cambios que se producen en nuestro organismo. La percepción de una conducta a nuestro alrededor o simplemente observar la posición social que ocupamos hace que se segregue una hormona, el cortisol, que recorre nuestro cuerpo activando o desactivando todo tipo genes y provocando, por ejemplo, una inmunodepresión que nos hace más sensibles a todo tipo de enfermedades. Es decir, el ambiente modela nuestro cuerpo jugando el papel de llave, siendo el genoma la herramienta para producirlos. Intentar resumir el resto de los temas que aparecen me llevaría una reseña que ocuparía 10 folios. Ridley estudia la evolución a través de los genes, nuestras semejanzas con todos los seres vivos que nos rodean, el llamado ADN basura (que no parece tener ninguna función más que ser transmitido de unos seres a otros), la huella genética, la eugenesia, la formación del ser humano desde la fecundación, la terapia génica, la memoria o la competencia entre los sexos (que existe incluso a nivel genético en el caso de los cromosomas sexuales) Genoma es un ensayo muy completo y altamente inmersivo, esencial para todos aquellos que quieran comprender cual es el material del que está hecho el ser humano. |
© Ignacio Illarregui Gárate 2002
Este texto no puede reproducirse sin permiso.