La batalla por Stalingrado
William Craig
Noguer

Enemy at the Gates. The battle for Stalingrad
1973
3ª edición: Octubre de 2000
Traduccón Lorenzo Cortina
412 páginas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Stalingrado fue uno de los momentos fundamentales que definieron el curso de la segunda guerra mundial en lo que se refiere al llamado teatro de operaciones europeo, sobre todo porque fue el punto más o menos crítico con el que empezó (aunque ya había bastantes muestras previas) el declive del ejército alemán. Su derrota vino determinada por varios factores como el que intentase abarcar más territorio del que podía mantener con total seguridad, el alargamiento excesivo de sus líneas de suministro, el que tuviese que valerse de ejércitos títere como los reclutados en países absorbidos como Hungría o Rumania que palidecían ante las tropas de la Wehrmacht, la obstinación del alto mando alemán por mantener una posición que no tenía ningún sentido estratégico o que su ejército no estuviese preparado para enfrentarse al frío invierno. Y sobre todo por un factor moral que apareció en esta ciudad situada en plena estepa rusa.

Hasta este momento el ejército ruso se veía plenamente inferior a las tropas que tenía enfrente, tomándolos más o menos como superhombres ante los que nada se podía hacer y ante los cuales no hacían más que ceder terreno continuamente. Sin embargo en las derruidas calles de esta ciudad tomaron (y se les hizo tomar) conciencia que lo que tenían enfrente eran hombres como ellos, y convirtieron la ciudad en una sangrienta línea que marcaría el comienzo del fin del sueño Napoleónico de Hitler. Este libro intenta reflejar todo lo ocurrido al VI ejército Alemán desde que llegó a las afueras de la ciudad en el verano de 1942 hasta que se rindió a finales del mes de enero de 1943.

La batalla por Stalingrado no es un estricto estudio histórico que profundice en los hechos con un escalpelo e indague tanto en las causas de la debacle como en los efectos que tuvo su desenlace. Tampoco es un estudio pormenorizado del transcurso de la batalla, que recoja todos los grandes encuentros entre ambos ejércitos ni toda la guerra de guerrillas que hubo entre las ruinas de la ciudad. Craig no no quiere para nada convertir su obra en un frío desglose de lo que allí ocurrió. Está interesado sobre todo en la faceta humana del conflicto, en lo que vivieron y padecieron los que allí se encontraban durante los 6 meses en los cuales un pequeño trozo de la estepa rusa se convirtió en un gigantesco cráter.

Partiendo de material documental principalmente obtenido de fuentes alemanas (cuando se escribió los archivos rusos estaban prácticamente cerrados para los investigadores occidentales) y de entrevistas a los diferentes supervivientes de la confrontación, va reconstruyendo los acontecimientos desde los dos puntos de vista. Desde una perspectiva casi cinematográfica, narra los sucesos a través de breves escenas de diversos personajes que vuelven una y otra vez a escena para poder contemplar la evolución de la batalla.

Soldados rasos de ambos bandos, generales, oficiales de intendencia, francotiradores, civiles y espías se van turnando como protagonistas de un drama que, a pesar de su conocido desenlace, se vive con una intensidad y una emoción pocas veces vista. Quizás esta perspectiva que Craig le proporciona a La batalla por Stalingrado fuese la que ha propiciado su elección como base a la película Enemigo a las puertas, que cogía como motor central el duelo entre los dos francotiradores que aparece reflejada en el libro y que, más que un hecho real, parece ser una invención de la propaganda soviética necesitada de héroes para levantar de alguna forma la moral de sus tropas.

La obra se ha quedado un poco vieja si tenemos en cuenta que el material gráfico que acompaña al texto es muy escaso y además bastante viejo, lejos de lo que se espera hoy en día de un libro de este tipo. Como muestra, los mapas son de una calidad ínfima y no recogen todos los lugares que se mencionan en la narración. Además las fuentes bibliográficas no parecen ser todo lo fidedignas que debieran y mete varias veces la gamba (gracias a mi buen amigo Iván por la información), lo que me lleva a pensar que parte de lo que cuenta no es cierto y que simplemente está ahí para acentuar el contenido dramático.

A pesar de esto, también hay que tener en cuenta que por encima de todo es un excepcional fresco de lo que fue una de las mayores tragedias de la historia de la humanidad, con cerca de dos millones de muertos. Si no se busca un completo estudio La batalla por Stalingrado es la mejor opción para adentrarse en en mayor encuentro armado de nuestro tiempo. Es épica en estado puro.

© Ignacio Illarregui Gárate 2001
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