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Coger una novela pulp cualquiera, leer su contraportada y esgrimir una sonrisa debido a lo ingenuo/increíble de su planteamiento es todo uno. Hombres criados por monos, héroes luchando contra todo tipo de criaturas en planetas tan inhóspitos para la vida como Venus, civilizaciones imposibles en el centro de la Tierra, rangers del espacio que liquidan a sus enemigos tirándoles planetas encima, aventureros topándose con restos de civilizaciones hace siglos desaparecidas,... Te sumerges en sus páginas y te encuentras con historias folletinescas repletas de personajes que apenas evolucionan respecto a su primera aparición, acción desenfrenada, gadgets imposibles, una trama con agujeros, un estilo espontáneo a veces descuidado,... Sin embargo, si el autor es competente, mientras lo lees entras en ese mundo imposible y la diversión que proporciona es lo suficientemente elevada como para reincidir con nuevas entregas. Bula Matari, novela escrita a dos manos por dos de los nombres más hábiles del fantástico nacional, comparte alguna de estas características sin olvidar la más importante en este tipo de literatura: se lee en un suspiro. Parte de una de esas premisas que cualquiera que no sea lector habituado a este material calificaría como absurda e irrealizable: buscar la manera en que dos civilizaciones que mantuvieron en jaque a los dos imperios más importantes de su tiempo, separadas entre sí por 2000 años, pudiesen enfrentarse entre sí. Los cartaginenses después de derrotar a Roma huyeron de una catástrofe que inundó las costas del Mare Nostrum y se establecieron en el suroeste de África, creando un imperio que tecnológicamente se estancó durante casi dos milenios. Así coinciden en el tiempo con el imperio Zulú que tuvo en vilo a los soldados británicos a finales del siglo XIX. Bula Matari gira mayormente en torno a la vida de Indortes Hannon, conocido por los nativos como Bula Matari (mano de piedra), mercenario a sueldo de Nueva Cartago que de haber sido condenado a muerte por traidor pasa a ser la única figura capaz de hacer frente a la amenaza del floreciente imperio zulú, articulado en torno a la figura de su caudillo militar Chaka, un hombre despiadado que nunca ofrece cuartel a sus enemigos a los que extermina sin ningún miramiento. Oponerse a tan colosal enemigo resulta complicado al estar los cartaginenses divididos en varias facciones que luchan por hacerse con el poder mientras que su oponente gobierna un pueblo que luchará por él hasta la mismísima muerte. Arsenal y Pallarés se dividieron la tarea, centrándose el primero en la parte de Nueva Cartago mientras que el segundo cuenta el nacimiento y forja de la personalidad de Chaka y su ascenso hasta el trono Zulú. Esto establece una clara diferenciación entre ambas historias que aumenta la riqueza narrativa pero que, estructuralmente hablando, crea un enorme desaguisado. A todas luces lo que Bula Matari pedía era una narración más o menos paralela y centrada exclusivamente en sendos personajes, que más que antagónicos son dos caras de la misma moneda obligados por las circunstancias a enfrentarse el uno contra el otro. Sin embargo, por el motivo que sea, se salta sin orden ni concierto entre la historia pasada de ambos y el presente, adoleciendo el conjunto de una falta de cadencia y continuidad que lastran completamente su desarrollo. No obstante este pequeño desbarajuste no hunde una narración que sale a flote a base del indudable talento de sus autores, que saben proporcionar a sus respectivas partes un tono diferenciado. Frente a la austera prosa de un Pallarés que se acopla perfectamente a la sociedad que describe y la dura vida de Chaka, encontramos el estilo más "retorcido" y menos directo de Arsenal, muy a tono con el traicionero ambiente cartaginés repleto de puñaladas traperas y conspiraciones en la sombra. Mientras, los dos inciden en un ritmo muchas veces desbocado que nos transporta con suma facilidad hasta la conclusión, que termina con el ineludible enfrentamiento entre ambos titanes y que se resuelve de manera lógica si se tiene en cuenta la forma de obrar de las civilizaciones a las que representan. Al final, como tantas otras veces, el que el libro sea recomendable o no va a estar en lo que nosotros queramos obtener con su lectura. Si lo que se busca es una lectura enjundiosa, bien estructurada y con ideas en su interior de las que sacar conclusiones mejor prescindir de ella porque poco se va a encontrar en sus páginas. Pero si lo que se pretende es seguir una entretenida aventura enclavada en una civilización desconocida y exótica este puede ser tu libro. Merece una oportunidad. |
© Ignacio Illarregui Gárate 2002
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