Kalpa Imperial Relatos que contiene:
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La falta de dinero es uno de los mayores problemas para el lector adolescente: tantos libros que comprar y un presupuesto demasiado limitado. Hace diez años éste era mi gran problema. Me iba hasta la librería importante de Santander y me pasaba media hora entre las posibles compras, sopesando una y otra vez cual iba a ser mi próxima adquisición. Una manera de abarcar mercado era no comprar los libros que pudiese conseguir de un amigo o de la biblioteca municipal. De esa manera pude sacar más partido a mi reducido capital y leer obras que de otro modo jamás hubiese podido degustar. Pero el mercado editorial es el que es y cuando años después he tenido dinero me encontré con que estaban descatalogadas. Algunas las he podido ir recuperando en ferias del libro usado y en mis contadas visitas a Madrid y Barcelona, como los dos libros de relatos de Lucius Shepard (El cazador de jaguares y El hombre que pintó al Dragón Grihaule), Cronopaisaje o unas cuantas obras de Dick. Sin embargo otras se ha convertido en incunables fuera de circulación. El ejemplo más claro es la trilogía de Lyonesse de Jack Vance, formada por El jardín de Suldrún, La perla verde y Madouc, que junto al Señor de los Anillos y la tetralogía de Terramar constituye la cúspide de la llamada Alta fantasía. Y Kalpa Imperial era hasta hace un par de años otro ejemplo de esta segunda categoría. Gracias sean dadas al hacedor que ahora, diez años después de su publicación, Alejo Cuervo se lanza de nuevo al vacío y nos regala a los lectores con una nueva edición de esta obra inolvidable. Kalpa Imperial es una colección de historias breves intencionadamente deudora de las Mil y una noches, donde diversos narradores con un estilo muy cercano al de los antiguos juglares desvelan diferentes hechos importantes ocurridos en el onírico Imperio Más Vasto Que Nunca Existió, sin seguir ningún orden intencionado; no hay una cronología que vaya hilando las diferentes historias igual que las cuentas de un collar. Son pinceladas de un todo demasiado complejo para ser contenidos en un libro, breves retazos que nos dejan intuir un lienzo inabarcable que nunca podrá ser contado por entero. Hablar del Imperio es hablar de sus emperadores y sus emperatrices. Pero también de sus regiones, sus ciudades, sus ejércitos, sus mercaderes, sus mendigos,.... No todo se reduce a ese emperador brillante y magnánimo vence a sus enemigos que le restaría interés y verosimilitud. Hay emperadores buenos y bien preparados para el puesto y también pobres hombres que todo lo hacen mal, emperatrices bondadosas y ambiciosas, herederos capaces y otros intrigantes, ciudadanos satisfechos con su condición y sus gobernantes y otros deseosos de acabar con ellos,... Es algo vivo, orgánico, real. Resulta difícil destacar alguna de las piezas debido a que forman un todo bastante homogéneo con un nivel de calidad muy parejo. Entre los que más me han agradado está, por ejemplo, "Retrato de la emperatriz", un fresco bastante interesante sobre cómo una mujer normal y corriente llegó a ser una de las emperatrices más queridas de todo el imperio, o ese alegato contra la sin razón de la guerra que es "Sitio, batalla y victoria de Selimmadug", donde Angélica derrocha humor negro a raudales. A su altura están otros cuentos como "Retrato del emperador", o cómo se volvió a formar el Imperio después de una de sus múltiples caídas gracias a un alma inquebrantable, y "El fin de una dinastía o historia natural de los hurones", sobre la interacción que hay entre un joven heredero del trono engañado por su dominante madre y dos de sus sirvientes. Pero si hay dos cuentos por los que Kalpa Imperial es recordado, es por los impagables "Acerca de las ciudades que crecen descontroladamente" y "Así es el sur". Si tengo que elegir entre ambos me quedo con el primero, un alarde narrativo deudor de Borges o Calvino, donde el protagonista absoluto es una ciudad. Así al comienzo se narra su nacimiento en medio de la nada, como poco a poco empieza a engrosar y a crecer sin control llegando a convertirse en capital del Imperio y como después va perdiendo entidad hasta que acaba siendo otra ciudad del montón. La prosa de Gorodischer es siempre romántica, envolvente, densa, con frases interminables en las que libera ingente información que hay que leer con detenimiento para no perder detalle. A veces irónica, otras satírica. Quizás peca de ser demasiado dispersa, tendiendo en muchas ocasiones a la disgresión que no parece llevar a ningún sitio. Pero capta perfectamente la voz de los contadores de historias, burlones, irreverentes, dialogantes con su público,... Una delicia que recomiendo a todos aquellos que les gustan las historias a la vieja usanza contadas por una de las grandes damas del fantástico mundial. Si sucumbiste hace unos años al embrujo de Ana María Matute no puedes perderte este libro. Además esta vez el precio es más un acicate que un obstáculo. Imprescindible. |
© Ignacio Illarregui Gárate 2001
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