La muerte del nigromante |
No tenía planes de leer esta novela, la primera que se publica de Martha Wells en nuestro idioma. Sin embargo entre las críticas positivas aparecidas en la red y la necesidad de cubrir la mayor cantidad de terreno posible en el premio Xatafi-Cyberdark le di una oportunidad. No pasó a la fase final por el elevado nivel de lo publicado durante el 2005, pero otro año, quizás, su suerte hubiese sido distinta. La muerte del nigromante es una obra autónoma que pertenece a una serie de novelas que se desarrollan en Ile-Rien, un imperio mimético al Británico de mediados de nuestro siglo XIX. Desconozco cualquier dato del resto, pero por lo que se puede observar en sus cerca de 400 páginas su autora realiza un ejercicio del más elemental clasicismo. Recurre a los grandes maestros de la novela de aventuras y recupera una manera de narrar que, si bien no se había perdido, sí que se encontraba contagiada de vicios modernos como la adrenalina gratuita, efectismos vacuos, carencia de uniformidad, falta de continuidad,... Sin entrar en demasiados detalles, su argumento parte de algo tan básico como una venganza para desgranar una serie de misterios que se refieren tanto a los planes de los protagonistas como a su pasado, y forman una enrevesada pauta que Wells, primero, enmaraña con virtuosismo y, después, deshace con minuciosidad. Por el camino acude a la acción, la interacción entre personajes, la investigación sobre el terreno y en bibliotecas, encuentros casuales, deus ex machina salva protas, homenajes deliberados a Conan Doyle,... y lo baña con un aire victoriano que despierta la complicidad de cualquiera que haya probado literatura proveniente de dicho periodo. A destacar también el recorrido que hace por la ciudad de Vienne, que tanto recuerda al Londres de entonces como a la Viena de la que proviene su nombre (esos viajes por las alcantarillas), la atmósfera que despiden sus calles o los sólidos cimientos en los que fundamenta su presente. La Historia de Ile-Rien y toda la magia que se respira en Vienne son algo más que meros artificios y ayudan a que cobre vida. Al final, ni resulta sorprendente, ni se sustenta en una estructura revulsiva, ni manipula al lector, ni se basa en temas de hondo calado, pero crea ambiente, está compuesta con oficio y depara una gratísima lectura. Si gustan las obras de intriga no olvide incluirla en su lista de la biblioteca. O de la compra. |
© Ignacio Illarregui Gárate 2006
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