Yendi |
Llevaba dos años sin leerme un libro de una sentada, para ser precisos desde que me cepillé en un par de días las cuatro novelas de El planeta de la aventura de Jack Vance. Éste es uno de los placeres que me encanta de la literatura, esa capacidad que tiene de llegar a absorberte por completo hasta que has devorado hasta la última línea. Aunque desde entonces he encontrado novelas que me han tenido en vilo (Los genocidas de Disch es un ejemplo) hasta que empecé con esta novela no había vuelto a tener esa compulsión y avidez por acabar un libro (ya me creía un lector domesticado). Y Steven Brust me ha hecho recuperar esa sensación. Yendi forma parte de la serie de Vlad Taltos, ciclo de novelas que narran las aventuras y desventuras de un asesino humano en una sociedad dominada por los dragaeranos, unos seres parecidos a las humanos y que están divididos en clases sociales que toman los nombres de diferentes animales. Y a pesar de ser el segundo volumen se puede leer de forma independiente al resto de la serie, cosa que se agradece en estos tiempo de muchologías y continuarás en el próximo volumen. La novela comienza contando el intento que lleva a cabo un pequeño señor del crimen por tomar el territorio de Vlad y continúa con la cruenta lucha que se produce entre ellos por el control de las calles. Y lo que parece en principio una mera guerra de bandas poco a poco se va complicando, desvelándose una trama detrás de esa ofensiva que está relacionada con las posiciones de poder dentro de uno de los clanes dominantes de la sociedad dragaerana. Brust utiliza un estilo claro y directo, ahorrándose descripciones vanas y utilizando siempre que puede la conversación para definir tanto los personajes como los ambientes y la sociedad donde todo se desarrolla. Esto le confiere al libro un ritmo endiablado que hace que no puedas levantar la cabeza de sus páginas hasta que lo has terminado. En especial me ha encantado toda la primera parte de la novela que cuenta la guerra de bandas que se ve abocado a luchar Vlad (genial ese tono de ahora apaleas a una de mis chica, en reciprocidad yo te quemo un local, después tu matas a varios de mis matones, posteriormente compro a uno de tus guardaespaldas para que acabe contigo,...) En fin, después de años de sequía en lo que al high fantasy se refiere (incluso me parece un insulto etiquetarla de esta manera), recomendada para pasar un buen rato sin ejercitar demasiado las neuronas. |
© Ignacio Illarregui Gárate 2000
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