Imágenes Relatos que contiene:
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Ediciones Parnaso es una joven editorial granadina que acaba de iniciar su andadura en la publicación de libros de literatura fantástica. Para articular sus movimientos han creado una colección, Vórtice, con la intención de agrupar en ella obras escritas por autores españoles que abarquen, indistintamente, ciencia ficción, fantasía, terror o "mezclas" entre ellos. Como todo primer número tiene unas connotaciones especiales, por lo de empezar con el mejor pie y llevar la propuesta al mayor número de lectores posibles, se han decantado por uno de los autores que ha surgido con más fuerza de dentro del fandom en los últimos años. No por nada ganó el premio Ignotus del año 2003 al mejor relato con "Origami" y ha visto publicada este mismo año su primera novela, Asura. Santiago Eximeno. Imágenes es un tríptico formado por una novela corta, dos relatos y un ultra corto a modo de conclusión que tienen un nexo conceptual, aun cuando se pueden leer de forma independiente. Hay que alabar la visión del escritor y los editores que, más allá de recopilar el número de páginas suficientes para componer un libro (lo sencillo hubiese sido o juntar cuentos inconexos o estirar una novela corta), han unido estas narraciones íntimamente vinculadas por dos ideas. Nuestra relación con el otro; esas personas que nos rodean, presentan unos rasgos determinados quizás antagónicos a los que sentimos como propios, y en los que, por circunstancias de la vida, podemos terminar convirtiéndonos. Y el miedo. Como indica Eximeno en una certera conclusión, en los relatos nos encontramos con diversos tipos de miedo: a los otros, al cambio, a la soledad, a terminar siendo lo que no queremos, a la realidad, a la incomunicación,... Miedos que no nos son ajenos y que nos pueden llevar a vernos representados en parte por los protagonistas, sujetos pacientes destinados por el autor a conducirnos por el repertorio de temores. El plato fuerte (por extensión) de Imágenes es la novela corta del mismo título, una narración irregular que aqueja un desarrollo convencional. Para producir una atmósfera opresiva o sensación de congoja es necesario algo más que lo que ofrecen sus páginas. Y eso que comienza con acierto, con un envolvente primer capítulo que nos habla de la vida de Andrés Vergara, un visionario a la busca de la manera de transformar nuestros pensamientos en imágenes. La cosa no le sale bien, hay un accidente, cae preso de una especie de catatonia y es encerrado en un sanatorio mental. Pero después, con la aparición de Julio Gómez, el psiquiatra que se va a hacer cargo de él, "Imágenes" cae presa del que es su mayor enemigo: los tópicos. Julio viaja hasta un sanatorio aislado, allí se rompen las comunicaciones con el exterior, empiezan a ocurrir cosas muy raras,... una receta a la que Eximeno no aporta nada novedoso sobre todo porque acude a tres hechos poco conseguidos. Por un lado una fragmentación de la realidad (Julio comienza a percibir sucesos anormales) un tanto pedestre. Después a un giro de esos que quieren pillarte por sorpresa y que, aunque inesperado, tampoco supone un revulsivo que le dote a la historia de una orientación diferente. Y por último, cuando se revela todo, nos hallamos ante una historia más de esas están entre nosotros a la que no imprime personalidad. Por contra tiene elementos más logrados, como un ritmo que sólo decae cuando Julio empieza a ver cosas extrañas, unos pasajes logrados de pura lucha por la supervivencia y un final desesperanzado y fiel a sí mismo: las personas normales no son héroes que puedan solucionar por sí solos conflictos de este tipo. Las otras dos piezas me han parecido más atractivas al salirse del estereotipo para penetrar en territorios relativamente vírgenes y sumamente inquietantes. "La séptima galería" está ambientada en un mundo tan cercano como el de la minería del carbón de mediados del siglo XX. Sitúa un personaje joven que lleva poco tiempo trabajando en las galerías y lo pone en contacto no ya con el de sus compañeros más experimentados, sino con el de un mundo duro y gris que aliena y quebrante a todo aquél que penetra en él. Mientras, "Islas de agua dulce" nos acerca al alzheimer y la acongojante situación que viven las familias que tienen que tratar con él, a través de un personaje que ha tenido un abuelo y un padre con esa enfermedad, y que huye del asunto cortando todos los lazos. Por el camino conoce a una mujer que cambiará por completo su vida y le llevará a una elección de esas que dejan al lector demolido. Un relato perturbador, inclemente y nada edulcorado que emociona y asienta de una forma genial el arsenal de miedos que enumeraba al comienzo de la reseña. Lo mejor del libro y uno de esos textos que se hace necesario leer. Por último cierra el libro el micro relato "Ellos", una especie de corolario de los tres anteriores que coge el famoso poema de Martin Niemüller, erróneamente atribuido a Bertolt Brecht, "Y yo no dije nada" para ofrecer una conclusión acorde con lo leído. A la edición sólo se le pueden achacar pequeños errores veniales que seguro corregirán en próximas entregas, aunque hay uno que me ha extrañado un tanto. No se entiende que una obra publicada originalmente en nuestro idioma puedan faltar unas líneas entre la página 111 y la 112, que aunque no hacen que pierdas acción te sacan por completo de la lectura. Y la portada, que ha dado algo que hablar en los foros de internet, luce mucho mejor en el libro que en formato electrónico, aunque en mi humilde opinión es poco agraciada y, me temo, espantará a más de uno que se quedará sin catar el interior. En resumen, Imágenes es un conjunto irregular que acusa en la novela corta la sobreabundancia de lugares comunes, y que se redime con los dos relatos, que en la valoración final le permiten alcanzar al libro un justo suficiente. |
© Ignacio Illarregui Gárate 2004
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