Sherlock Holmes y la sabiduría de los muertos
Rodolfo Martínez
Bibliópolis
1996

Mayo de 2004
222 páginas
Ilustración Alejandro Terán

Contiene:

  • La sabiduría de los muertos

  • Desde la tierra más allá del bosque

  • La aventura del asesino fingido

Sherlock Holmes y la sabiduría de los muertos recoge las tres historias escritas por Rodolfo Martínez a mediados de los 90 que tienen a este personaje como protagonista. La primera, "La sabiduría de los muertos", es la más "conocida" ya que ganó el premio Asturias de novela en 1996. A su vez, el relato "Desde la tierra más allá del bosque" apareció ese mismo año en la antología de la aefcft (horripilante acrónimo detrás del cual se esconde la asociación española de fantasía, ciencia ficción y terror) Visiones, y el corto "La aventura del asesino fingido"... pues ni idea. El conjunto compone un sentido homenaje a la figura del detective británico más conocido en el mundo mundial, no sólo respetuoso (con algún pero) con el canon oficial establecido por Arthur Conan Doyle, dentro del cuál quedan adecuadamente insertas, sino que incluso llega a aportar explicaciones a algunos de los huecos más oscuros de su biografía.

El homenaje parte de una alocada gamberrada metaliteraria. Un amigo de Rodolfo Martínez llega de Londres con una caja que ha comprado en un anticuario por una cantidad irrisoria. Dentro se hayan unos manuscritos escritos por el Doctor Watson con varias historias inéditas de sus andanzas con Holmes; historias que por los avatares que vivieron no podían salir a la luz y jamás fueron publicadas por su agente, el señor Conan Doyle, que en esta recreación no sería más que el hombre que, inmerecidamente, se ha llevado la fama como cronista de los libros de misterio más famosos de la literatura. Y claro, como holmesiano de pro Martínez tiene la obligación de traducirlas para que el público español pueda conocerlas y ahondar un poco más en la vida del detective.

Desde luego el juego está bien desarrollado y rápidamente se penetra en su interior sin importar que haya detalles increíbles, como que alguien pueda deshacerse de esa bicoca sin buscar algún beneficio (en Christies estarían alucinando después de tanto altruismo) o que el propio Martínez caiga en el mismo vicio de Doyle y se apropie de una obra que no es suya (¿habrán pedido permiso a la familia de Watson?). Al final hay un interesantísimo apéndice comentando temas tan atrayentes como el lugar en la continuidad de las aventuras de Holmes donde se sitúan las tres piezas, los detalles que aportan y cómo (supuestamente; no me las he leído todas, ni mucho menos) casan con la información oficial, o una posible y enigmática aventura tardía junto a un joven Jorge Luis Borges.

 Pasando a lo que es la narración en sí, abre el volumen "La sabiduría de los muertos", novela (cortita) que constituye una experiencia genuina tanto para el lector del fantástico un poco talludito como para el holmesiano de pro: consigue imbricar el universo de este último con la tradición del horror sobrenatural o del pulp, situando también ambas dentro de la sociedad de la época, en la que el propio Holmes podría haber vivido como una celebridad, al aparecer algunos personajes reales con un peso importante en el argumento. De esa manera los homenajes a la cultura popular y a la Historia se suceden, como las repetidas menciones al señor del crimen oriental más hijo puta que ha habido (y que va a terminar siendo un innombrable), la aparición del padre de Philip Marlowe, las lecturas de Watson y su encoñamiento con Machen (sin olvidar los rapapolvos que tiene que aguantar de su compañero por leer esas cosas), los primeros pasos como gurú de lo sobrenatural de Alestair Crowley, la revisitación de su propio creador,...

Pero todo esto, muchas veces un mero gancho emocional usado al tuntún por un autor deseoso de hacerse con la complicidad del lector, en plan guiño guiño mira que guay compre uno y llévese cien, tiene su razón de ser: la gran mayoría de ellas está debidamente implementada en una trama detectivesca, con sus misterios, indagaciones, giros, traiciones, conversaciones, revelaciones, persecuciones, retruécanos,... que además transcurre con absoluta naturalidad. Vamos, que da el pego.

Hay detalles que encienden algún piloto, como la facilidad con la que Holmes da verosimilitud a la posible presencia de un elemento sobrenatural, cuando era un hombre completamente pegado a la realidad de lo posible; la displicencia con la que se trata a Doyle, retratado como un sumo calzonazos (su participación dista mucho de ser gloriosa) que debe su fama a su condición de agente literario que se apropia de los escritos de quiénes realmente viven las aventuras, como el propio Watson o el profesor Challenger (aunque este sacrificio sea necesario, dado el punto de partida de considerar a Watson como escritor de los textos); las innecesarias disgresiones en las que Watson comenta algunos detalles sobre su vida privada, como el de una de sus mujeres, un guiño excesivo a los seguidores del canon que saca a la historia de punto; o la idoneidad de ciertas elecciones en la traducción, que ponen en solfa la credibilidad de la época y del escenario al utilizar términos como perras o metros.

Aunque nada hace palidecer la brillantez de la novela, Holmes en estado puro, al que los ingredientes extraídos de las fantasías más oscuras, le dan un aliciente muy atractivo. El Necronomicón y el universo de Lovecraft, el protagonista oculto de "La sabiduría de los muertos", que ha dado lugar a auténticas cagadas en manos menos hábiles, están utilizados con una sutilidad extrema. Rápidamente se podrían haber conjurado horrores ominosos, presencias fungosas y antiguos dioses deseando llevar a la locura al mundo. Pero hay cabeza y voluntad de que fantasía y narración vayan de la mano, sin que una quede supeditada a la otra. De ahí que sus apenas 130 páginas vayan pasando con fluidez tragándote una tras otra, sonriendo con cada homenaje y cada referencia, rompiéndote la cabeza para descubrir de dónde sale las citas que no conozcas, y disfrutando de cada instante.

Mientras, "Desde la tierra más allá del bosque" es un relato donde se junta a Holmes con otro universo creativo fecundo: el surgido de la novela epistolar de terror por excelencia, Drácula. El vampiro, después de su primera derrota, vuelve de la tumba por un procedimiento curioso (casi se esperaba el guiño a la Hammer, con alguien arrancando la estaca del tórax de sus restos) dispuesto a hacerse con el control del Imperio Británico a lo grande. Para enfrentarse a él y sus siervos el inefable dúo contará con la inestimable colaboración del Doctor Seward y del mismísmimo Abraham Van Helsing, un poco avejentado pero igual de chispeante que en el anterior encuentro con su némesis.

Para desarrollar la historia, a parte de la de Watson siguiendo la norma habitual, se ofrece una segunda visión: la de Seward, con un estilo mimético al de Stoker; una sucesión de entradas de un diario, siguiendo un claro hilo temporal delimitado por una serie de fechas y con la historia contada "retrospectivamente", escrita a flor de piel con las emociones vividas en un momento muy cercano, lo que hace que el lector quiera saber qué narices ha ocurrido. La combinación entre ambas es sumamente coherente, se lee en un santiamén y como homenaje resulta, otra vez, respetuoso, a pesar de que el propio Conde esté más locuaz de lo debido.

Por último, queda comentar la pieza más floja."La aventura del asesino fingido" es un relato corto sobre un caso al que debe enfrentarse Watson en solitario debido al retiro a la campiña de su colaborador. Sin elementos sobrenaturales, está bien tramado, aunque carece de la frescura de los dos anteriores (es una más) y del atractivo que siempre le proporciona Holmes a cualquier pasaje, todo presencia y carisma (Watson siempre fue un tipo gris).

Si a esto le sumamos una edición notable, con un aspecto exquisito, y una portada soberbia fruto del trabajo de esa figura en ciernes que es Alejandro Terán (superándose a cada lámina), queda claro lo adecuado de este libro. Un consistente pastiche que satisfará a los lectores que conozcan de pe a pa las obras originales de Arthur Conan Doyle o a aquéllos que se hayan acercado levemente a ellas.

© Ignacio Illarregui Gárate 2004
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