Contra el tiempo
Rafael Marín y Juan Miguel Aguilera
Artifex estelar
Enero de 2001
238 páginas
Ilustración Concepción Corrales

Esto de las fanediciones es un arma de doble filo. En principio es un invento positivo para los autores que, además de tener un nicho más o menos estable desde el cual foguearse y mejorar su escritura, les permite darse a conocer y mostrar su producción. Pero también puede suponer para el lector casual de género un desengaño, porque muchas veces la calidad de las obras que aparecen en estas editoriales no profesionales difícilmente supera el nivel de lo potable, con la pequeña frustración que eso supone. Pero Artifex es una editorial seria con las ideas claras: trata de ofrecer textos en los que prime la calidad literaria. Y, aunque a veces estos son meros ejercicios de estilo en los que prima más de lo conveniente la forma sobre el fondo, los relatos que publican son estimables.

Contra el tiempo nació fruto de la colaboración de dos de los autores patrios más importantes del género, que cuentan en su bagaje con algunas obras que resisten las comparaciones con las que nos llegan de los países anglosajones. Rafa Marín es un experimentado escritor que se fogueaba ya en la última etapa de Nueva Dimensión, con relatos como Nunca digas buenas noches a un extraño, y autor de novelas como las del ciclo del Navegante o la inolvidable Lágrimas de luz. Y Juan Miguel Aguilera es hoy uno de los autores de moda, autor de la parcialmente fallida La locura de Dios, y junto a Javier Redal de las monumentales Mundos en el abismo e Hijos de la eternidad.

Los protagonistas son dos seres que contemplan los últimos latidos de un sol en el proceso de convertirse en una gigante roja y apunto de tragarse la Tierra. Deseosos de escapar de su previsible muerte, trazan un plan para viajar hacia atrás en el tiempo. Pero, ¡cómo no!, todo sale mal y se ven separados por un abismo de 65 millones de años. Ella va a parar en plena edad de Bronce en el seno de la civilización Minoica, descubriendo que su compañero después de eones de soledad se ha convertido en algo diferente al que conocía.

Conociendo un poco la anterior obra de ambos escritores se puede ver que han fundido sus gustos personales: por un lado ahí está la pasión erudita de Marín por las civilizaciones prehelénicas y el buen hacer de Aguilera para crear tecnología de futuro creíbles. Esta, llamémosle, simbiosis establecida entre ambos no se reduce sólo al argumento sino que es también apreciable en el estilo global de la obra que se beneficia de ello. En ocasiones Marín se pierde en el estilo y el mensaje que quiere comunicar queda oculto tras la ingente cantidad de epítetos, tanto en los pasajes meramente descriptivos como en los narrativos, con lo que la lectura se convierte en ocasiones en una labor titánica. Afortunadamente Aguilera, con un estilo mucho más suelto, ha sabido disminuir este defectillo y Contra el tiempo se lee con gran facilidad. Y quizás este es su principal valor: resultar una obra amena, libre de cualquier otra pretensión.

Además, como postre, contiene un breve artículo de Juanma Santiago sobre la historia de la ciencia ficción en España, las obras y los autores más importantes de su dilatada historia.

Desde luego no pasará a la historia del género, pero la relación calidad precio es indiscutible. Recomendable para todos aquellos que quieran conocer la producción nacional.

© Ignacio Illarregui Gárate 2001
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