Las estrellas mi destino
Alfred Bester
Ed Gigamesh
Noviembre de 1999
The stars my destination
Traducción Sebastián Martínez
Corrección Cristina Macía
236 páginas
Ilustración Juan Miguel & Paco

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     En todos los géneros hay novelas que por su importancia han sido analizadas mil y una veces, diseccionadas hasta la extenuación y comentadas en todas partes. Y resulta casi del todo imposible aportar nada nuevo a los sesudos análisis realizados por las plumas más insignes. Ahora mismo tengo ante mí ese reto. Intentar escribir mis impresiones sobre una de las novelas más importantes de la Ciencia Ficción, de la que ya se ha dicho casi todo.

      Alfred Bester (1913 - 1987) no fue un escritor prolífico. Guionista de cómics, radio y televisión, director de la revista Holiday, sólo publicó en vida 6 novelas y un puñado de excelentes relatos (que próximamente van a ser recogidos integramente en un volumen por Minotauro) Y de esas seis novelas, dos son fundamentales en la historia del género : El hombre demolido y LEMD.

      El espacionauta Gully Foyle es el único superviviente del Nomad y ha sobrevivido durante 6 meses en el vacío dentro de un armario de herramientas de tamaño poco mayor que un ataúd. Cuando la nave Vorga aparece en las proximidades del pecio su sufrimiento parece próximo a su fin. Sin embargo, desoyendo su petición de auxilio, lo dejan a su suerte. A raíz de este suceso, se desata en su interior una furia descomunal que lo transforma en un hombre nuevo: cualquier medio es válido con tal de ver al Vorga y su tripulación entrar en el infierno en el que fue abandonado.

      Gully Foyle es quizás es primer personaje memorable que surgió dentro de la CF, allá por la década de los 50. Es un don nadie, obrero de nula cualificación, útil sólo para trabajos físicos, al que el hecho de verse traicionado por el Vorga sirve de detonante para liberar toda la furia reprimida que lleva almacenada en su interior. Muta de personalidad por ese deseo de venganza y se convierte en un nihilista puro y duro. Todo vale con tal de llevar a cabo su objetivo: saquear, robar, devalijar, violar, perseguir incruentamente, destruir, torturar física y psicologicamente. Incluso transformarse en una especie de ciborg. Todos los medios están justificados para conseguir el fin. Es la ausencia total de código moral.

      Para contar las vicisitudes de Foyle, Bester utiliza una prosa rápida, frenética, directa, narrando los hechos sin perífrasis vacuas, sin concesión alguna. Parece como si la furia de Foyle y la furia narradora de Bester fuesen unidas de la mano.

       Nos encontramos ante una novela redonda, con Foyle como cabeza de cartel acompañado por unos personajes de lujo y una ambientación sobresaliente, brillando con luz propia todos y cada uno de los paisajes que Bester recrea, como la prisión enterrada en el fondo de los Pirineos (la Gouffre Martel) o las fiestas de la alta sociedad que se van desplazando a lo largo del mundo. 

      Además LEMD es una narración que ha envejecido muy bien ya que se sigue leyendo de forma admirable, pareciendo mentira que haya cumplido ya medio siglo. Y es que a diferencia de otras novelas que no han soportado bien el paso de los años (como Dune o El fin de la infancia) resulta de completa actualidad tanto estilística como temáticamente.

      Finalmente tengo que decir que a pesar de todo lo dicho me quedo con El hombre demolido, no porque sea superior, sino porque su ritmo, aunque también alto, es más sosegado y llevadero.

© Ignacio Illarregui Gárate 2000
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