Planetary
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Guión Warren
Ellis |
A
comienzos de 1999 dos guionistas británicos lanzaron al mercado sus propuestas
para, en la medida de lo posible, salvar el cómic de superhéroes de una de las
crisis (creativa y económica) más importantes de su historia. Alan Moore cogió como referente los
pulps de finales de los 30, de antes de la aparición de los arquetipos más
recurrentes del cómic de superhéroes (Batman, Wonder Woman y Superman), y
construyó a partir de ellos una línea de tebeos, America´s Best Comics, de la
que ya hablaré en otro momento. Warren Ellis, otro guionista británico no tan
afamado y que hasta ese momento parecía vagar sin rumbo fijo por diferentes
colecciones, decidió focalizar su proyecto de refundación en los superhéroes
tal y como ahora se entienden, sublimando algunas de sus características más representativas.
Y de ese esfuerzo creativo han nacido dos de las colecciones estrellas del
momento. Así The Authority
es el cómic de supergrupos definitivo donde
absolutamente todo es posible y Planetary (el que ahora comento) una
divertida revisitación de algunos de los mitos más importantes del mainstream
de los últimos 50 años.
Planetary es una organización que se dedica a sondear el mundo e investigar todos aquellos sucesos que se alejen de la "normalidad". Jakita Wagner contacta con Elijah Snow, personaje parcialmente amnésico que nació con el siglo, para que forme parte del equipo de campo de dicha empresa. Junto al Batería recorrerán el globo terrestre intentando desentrañar los misterios que se esconden detrás de la nueva era de las maravillas. Paulatinamente irán descubriendo que la mayoría de los sucesos en los que se verán inmersos están relacionados con una empresa y un grupo de cuatro personas que, en cierta manera, controlan el mundo. Además poco a poco irá recuperando la memoria y descubriendo que su relación con los hechos que investiga es más profunda de lo que pensaba.
Si
algo se puede decir con rotundidad es que es cultura popular en estado puro. Cada número de los 12 aparecidos hasta ahora
es un confesado homenaje a diferentes aspectos de la cultura popular americana,
basada en gran parte en el llamado noveno arte. Los héroes pulp americanos como
Doc Savage, La Sombra o Tarzán, los monstruos de la Toei como Godzilla, las
pelis de acción de Hong Kong, Los 4 Fantásticos, la estética pop de Jim
Steranko, los personajes creados por los guionistas británicos a mediados de
los 80 y principios de los 90,... toda esa "subcultura" remanente que
ha ido calando en los EEUU y que por extensión se ha convertido en referente
para muchos jóvenes del resto del mundo. Afortunadamente
este no es el único bagaje ya que si Planetary
se hubiese quedado en un homenaje a esos iconos populares habría quedado caduca
a los pocos números.
Esta es una de esas series que conviene releer de vez en cuando y a la que la aparición episódica típica del comic book no le hace ningún favor. Para poder degustar la historia global hay que leer con atención todos los detalles que están ahí, y como la memoria juega siempre malas pasadas muchos detalles se pierden mes a mes. Ese considerar la historia como un todo es lo que hace de Planetary una experiencia diferente a la acostumbrada: todos los sucesos están relacionados, lo parezcan o no. Cada una de las cosas que se dicen, cada plano y encuadre son intencionados. Sólo hay que tener paciencia para ver como encajan las piezas del puzzle.
Ellis,
al que hay gente que le tiene en el punto de mira por su peculiar forma de ver
las cosas, demuestra que por encima de cualquier maniobra publicitaria que se
haya querido llevar a cabo con su nombre es un tío que sabe elaborar historias.
Y aquí construye un edificio a prueba de bombas cimentado en unos personajes
con cierto carisma, aunque no demasiado novedosos. Esta falta de originalidad
pasa de castaño a oscuro con Snow, un John Constantine vestido con gabardina
blanca
y cuyo silk cut habitual en la comisura de los labios se ha transformado en
eventual. Sorprende un poco ver como una y otra vez Ellis vuelve a colocar el
mismo personaje en el centro de sus argumentos. Spider Jerusalem, Elijah Snow,
Jenny Sparks. Todos son el mago de Newcastle con el aspecto cambiado (cosa que
para los amantes de Hellblazer como el que escribe no es necesariamente
malo).
Y si en The Authority sus guiones se vieron espectacularmente ilustrados por ese clon de Alan Davis venido a más que es Brian Hitch, aquí cuenta con un joven dibujante que poco a poco se está convirtiendo en uno de los grandes. John Cassaday carece de un estilo muy definido y goza de una gran adaptabilidad: sabe darle a cada página un toque especial acorde con la historia que está contando. Esto, sumado a un depurado storytelling y a su habilidad para desenvolverse en todo tipo de situaciones (conversaciones, flashbacks, acción,...) hacen de cada página algo único. En especial resulta memorable para el fan irredento el número 11, un apabullante homenaje al mejor Steranko que empieza con una excepcional portada.
No quiero terminar este comentario sin dedicar unas líneas al color de Laura Depuy, seguramente la mejor colorista surgida en los últimos años y que le da su particular toque de magia a las ilustraciones. Ya sea en la aplicación del color por ordenador o en los breves pasajes hechos a pincel, Depuy demuestra que junto a Cassaday forma un binomio al que hay que seguir muy de cerca..
Planetary acaba resultando un brillante y efectivo entretenimiento, globalmente más satisfactorio que esa sublimación de la acción por la acción que es The Authority o el políticamente incorrecto Transmetropolitan. Una muestra de la potencialidad del cómic de superhéroes.
© Ignacio Illarregui Gárate 2001
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